Está claro que no le resulta para nada sencillo estar en su casa. Quizá sea por presión o simplemente cuestiones del destino. Lo cierto es que Charles Leclerc chocó la Ferrari. En este caso no la suya, sino que en una carrera de promoción del Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco, el piloto monegasco, a bordo de la Ferrari 312 clásica en la que corría Nicki Lauda, perdió el control en una curva y chocó toda la parte trasera del vehículo. Lo curioso del caso es que ese circuito de Montecarlo se está transformando en un auténtico dolor de cabeza para el hombre de la escudería del cavallino rampante.